16 de abril de 2009

Gallegos en Gran Canaria

Bien sabido es ya que, a gentes que hablan con inconfundible acento gallego se los tropieza el viajero o el sedentario en cualquier navío en la mar; en cualquier parte de la tierra; en misiones religiosas o humanita­rias; en cuerpos expedicio­narios científicos, artísticos, deporti­vos o bélicos; en las selvas y en las sabanas; en las grandes y pequeñas urbes como en comarcas agrestes o superpo­bladas; en zonas agríco­las o indus­tria­les, en laborato­rios, universida­des, talleres, fábricas, hostelería, espectá­culos, etc., etc.

Ya de muy antiguo se viene atribuyendo a los pueblos de etnia céltica una singular tendencia a la emigración en razón de su propio origen social. Como si una congénita y misteriosa imperiosi­dad telúrica los empujara, los echara fuera de sus húmedas y verdes tierras de abundantes lluvias y nubosidades hacia otras comarcas lejanas y diferentes. Aunque, también ha sido siempre una constante característica particular género de los que se consideran descen­dien­tes directos de los pueblos celtas el convertirse más pronto o más tarde de nómadas y viajeros emigrantes en sedentarios y peren­nes residen­tes allá donde ese atávico impulso les haya llevado, quedándose ya incrustados entre las gentes que los reciben, en esta etapa final, aunque siempre añorantes de la tierra de origen que deja­ron.

Cierto que los más avanzados y últimos estudios sociológicos que han buscado las raíces, las causas objetivas de este fenómeno migratorio del gallego, coinci­den en reconocer que aquéllos son originados generalmente, más que por impulsos ancestra­les o singu­lari­dades de una raza definida, por motivaciones de particula­res condicio­nes culturales, sociales y económicas y aún políticas que, operando de forma comunada o individual, y directa o no, son los verdaderos factores expulsi­vos de su país de origen; y, por el contrario, de carácter atractivo y acogedor en el país receptor en el que, salvo, por ejemplo el caso del éxodo migratorio de estas últimas décadas a las naciones europeas donde resulta más difícil la adaptación al margen del trabajo que se ejerza y que han motiva­do en muchos casos la vuelta del decepcio­nado emigrante, suelen los gallegos quedarse radicados ya para el resto de sus vidas en sus nuevas patrias, tanto aquellos que van a tierras transoceánicas como los de las inmigra­cio­nes interio­res entre los pueblos que componen las actuales comunida­des autonómicas de España.

Así ha sucedido de forma mayoritaria con los nativos u oriundos de Galicia llegados en todo tiempo a Canarias, pero, sobre todo en las últimas décadas del acabado de fenecer siglo XX. Con la aclaración de que el término "emi­grante", el que deja su propio país con ánimo de estable­cerse en otro extranjero, no es precisa­mente el más adecuado a quienes, bien sea empuja­dos por imperati­vos atávicos sociales, bien por motivaciones de índole socio-económica que no es preciso el detallar ahora, en una inmigración interior a Canarias llegaron, en Canarias se quedaron enraizados, avecin­dados y empadrona­dos.

Hasta hace relativamente poco tiempo, al margen de aquéllos que en los pasados siglos acudieron como soldados de fortuna o coloni­zadores, además de quienes en toda época llegaron y siguen llegando como aves de paso, con un destino oficial o profesio­nal cual el de viajantes de comercio, la proporción de peninsulares arribados a las islas Canarias y que luego en ellas se quedaron, era muy esca­sa. Y el pequeño porcenta­je era por lo general bien acogido en el constreñido ámbito insular, porque solía tratarse de gentes traba­jadoras y honestas que, salvo raras excepciones ya a poco de llegar se incrusta­ban entre los nativos, formando en no pocas ocasiones matrimonios mixtos que, como mayor consecuencia producida por el hecho y a destacar ofrecían la singularidad de que los hijos habi­dos en tales uniones isleño-peninsulares siempre se han considerado a sí mismos apasionados e indiscutibles canarios, como o más aún que aquellos otros de la preclara, rancia y ancestral raigambre criolla.

Un motivo más a añadir fue aquel que allá por los primeros años del siglo pasado con el auge que alcanzó el cultivo del tomate y del plátano en el archipiélago, en Canarias se empezó a importar madera procedente del pino gallego apropiada para la confección de los imprescindibles ceretos para el empaquetado de dichos frutos y también se estable­cieron numerosos contactos para el intercambio de los productos de la pesca para la elaboración de su conserva. Y para atender como se merecía el comercio maderero y conservero, la compañía Transmediterránea, entre 1926 y 1928 estableció, o fortaleció sus servicios entre puertos de el Cantábri­co, Galicia y Canarias con escalas quincena­les como mínimo, siendo uno de los vapores que inauguró la línea el entonces moderno vapor "Escolano" de desplaza­miento de unas 30.000 toneladas, que luego iba a ser tan popular, transportando, además de carga, a muchos sufridos pasajeros.

En el transcurso de las últimas décadas los peninsulares proce­den­tes de distintas provincias, regiones o autonomías españolas han aportado a las islas Canarias por lo general de forma más masiva, afincándose la mayoría en ellas y conviviendo amigable, fraternal­mente con las gentes isleñas, continuando con los enlaces matrimo­niales en muchas ocasiones, fusionándo­se entre sí de tal manera que a veces resulta difícil el estable­cer diferen­cias aprecia­bles en las formas de ser, sentir u obrar y no tan solo de carácter étnico sino también lingüísticas, fonéti­cas, a pesar de la diversidad amplia de acentos y giros dialécticos de cada grupo, condicio­nán­dose todos al mismo o muy parecido tipo de vida colectiva o comunal.

Entre estas gentes que arribaban, que continúan llegando a las islas del archipiéla­go Canario no podíamos faltar los gallegos, grupo étnico bien definido en el concierto de las regiones o autonomías de España, con características singula­res, con una idiosin­crasia peculiar en la que imperan las necesidades materiales y las ansias anímicas que nos fuerzan a una continua, como sempiterna y a veces socorrida emigración.

En el más reciente pasado, el núcleo mayor de gallegos aquí residentes lo han conformado los hombres de la mar y sus familia­res, pues no en vano La Coruña y Pontevedra, como provincias emi­nentemente marítimas, son las aportadoras princi­pales de estos contingentes inmigratorios. Luego, estuvimos, estamos los hombres y mujeres pertene­cientes a los cuerpos del funcionariado civil del Estado en sus distintas acepcio­nes; los militares, los religio­sos, los empleados y profesiona­les diversos pertenecien­tes a actividades liberales, los empresarios e industria­les, los artistas, los pen­sionistas, etc.

Para intentar profundizar algo en este tema de los gallegos residen­tes actualmente en las islas Canarias y, más concretamente en Las Palmas de Gran Canaria, necesa­rio es el citar en primer término a la entidad y su local social que en mayor medida nos aglutina y centro por el que, seamos o no socios suyos, todo gallego residente en esta isla alguna vez al menos ha pasado, bien sea en solicitud de algún tipo de ayuda, bien para disfrutar de la gastronomía gallega, bien para tan solo remozar o aliviar en algo la morriña que es consustancial en todo nativo de Galicia, evocándosela como la siempre suspirada "Terra Meiga" materna.

Me refiero, naturalmente, a la Casa de Galicia de Las Palmas, la decana de las casas regionales o de nuestras actuales autonomías en Canarias acreditadas, que fue fundada oficialmente en 1951, aunque antes, allá por el año de 1930 ya se estableciera en esta ciudad un "Centro Gallego" que estuvo instalado en una de las primeras casas numeradas de la calle de León y Castillo, cerca del señero Parque de San Telmo, pero que se cerró a los pocos meses transcurridos, con muy efímera vida activa por lo tanto.

En el año de 1986 había empadronados en el ámbito de la Comunidad Canaria NUEVE MIL SEISCIENTOS SETENTA Y CINCO nativos de Galicia, que se desglosa­ban en 3.646 residentes en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y 6.029 en la provin­cia de Las Palmas.

Cifras que se han continuado incrementan­do hasta llegar a más de QUINCE MIL gallegos aquí empadronados y radicados, tal como se recoge en los datos estadísticos pertinentes que corresponden a la población nacida en Galicia, catalogada por provin­cias de origen y por sexo, edad, estudios, profesión y situación o actividad económica actual, residente en la Comunidad Autónoma de Canarias, con especifi­cación más detallada de la concer­niente a Gran Canaria y en particular la empadronada en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Todo ello produc­to de la exploración específica que de los datos de la Encuesta de Población de Canarias correspon­diente al año de 1996 realizó el Departamento de Informática del Instituto Canario de Estadís­tica y que diligentemente se me facilitaron cuando los solicité en el mes de mayo de 1999 y que muy bien se pueden extrapolar sin mayores alteraciones al año 2001.

Finalmente, es de observar al respecto que en los más recientes últimos tiempos se han estado ampliando bastante, no tanto la presencia de los nativos de Galicia estantes fijos o residentes pero si la de los cataloga­dos como emigrantes y desde luego transeúntes llegados al archipiélago canario en demanda de trabajo temporal, sobre todo en las ramas económico laborales de la construcción y de servicios de turismo, sobresaliendo en cantidad las islas de Lanzarote y Fuerte­ventura, pero que ya no entran en este abocetado estudio estadístico.

Y, por otra parte, Galicia y los gallegos están también presentes en el nomenclá­tor callejero palmense con rótulos cuales los de "Calvo Sotelo", "Canalejas", "Celta", "Comandante Ramón Franco", "Concejal Manuel Rodríguez Costas", "Concepción Arenal", "Doctor Gómez Ulla", Galicia", "General Martínez Anido", "La Coruña", "Lugo", "Obispo Muros", "Orense", "Pelayo", "Plaza de Pablo Iglesias", "Ponteve­dra", "Santiago de Compostela", "Valle Inclán", etc.



CUADRO I .- NATIVOS DE GALICIA RESIDENTES EN EL TERMINO MUNICIPAL DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA EN 1996.

De la provincia de La Coruña 990 hombres y 848 mujeres, que suman 1.838

De la provincia de Lugo 178 " " 150 " , " " 328

De la provincia de Orense 173 " " 173 " , " " 376

De la provincia de Pontevedra 933 " " 814 " , " " 1.747

====== ====== ========­===

total 2.274 " " 1.985 " TOTAL...... 4.259



CUADRO II .- RESIDENTES EN EL RESTO DE LA ISLA DE GRAN CANARIA EN 1996.

De la provincia de La Coruña 300 hombres y 226 mujeres, que suman 526

De la provincia de Lugo 65 " " 48 " , " " 113

De la provincia de Orense 106 " " 62 " , " " 168

De la provincia de Pontevedra 315 " " 244 " , " " 559 ====== ====== ===========

total 786 " 580 " TOTAL...... 1.366



CUADRO III .- RESIDENTES EN LA COMUNIDAD AUTONOMA DE CANARIAS EN 1996.

De la provincia de La Coruña 3.277 hombres y 2.830 mujeres, que suman 6.107

De la provincia de Lugo 600 " " 525 " , " " 1.125

De la provincia de Orense 785 " " 702 " , " " 1.487

De la provincia de Pontevedra 3.428 " " 3.005 " , " " 6.433

====== ====== ===========

total 8.090 " 7.062 " TOTAL..... 15.152



Diferentes datos estadísticos concernientes a las personas nativas de las cuatro provincias gallegas residentes en las islas Canarias, con especificación de los residentes tanto en el Municipio de Las Palmas de Gran Canaria como en la isla grancanaria en sí y los totales de las existentes en la Comunidad Autónoma canaria, siempre referidos al año de 1996 y que se desarrollan en el cuadro IV siguiente.



CUADRO IV .- ESTUDIOS REALIZADOS, PROFESIONES, CUALIFICADOS Y OTROS

En Las Palmas Totales

de Gran Canaria En Gran Canaria en la C.Autó­no­ma

Estudios realizados hombres mujeres hombres mujeres hombres mujeres

Analfabetos 12 38 19 44 31 80

Sin estudios 216 250 276 302 703 759

Educación infantil 8 14 11 21 68 78

Educación Primaria 292 285 447 393 1.470 1.207

EGB completa 494 538 723 757 2.313 2.242

FP Grado Medio 29 26 41 36 183 186

Bachillerato 605 406 768 496 1.502 1.100

FP Grado Superior 131 44 154 53 344 180

Enseñanzas especiales 12 4 14 9 41 28

Universitario Medio 184 168 224 205 402 432

Universitario Superior 190 139 233 164 494 359

Posgraduado Universitario 9 4 16 5 38 21

Superior no Universitario 19 0 26 0 75 11



De profesión

Directores y gerentes 119 32 183 42 417 117

Profesionales y técnicos 181 181 244 211 512 471

Profes. y técnicos de apoyo 167 76 199 98 410 212

Personal administrativo 108 87 146 115 349 354

Servicios de restauración 47 13 177 61 704 431

Serv. personales y de segur. 50 44 73 58 197 188

Dependientes de comercio 22 40 37 59 115 226

Trab. cualif. de agr.y pesca 88 0 95 0 129 9

Trab. cualif. de la construc. 58 0 104 1 858 6

Trab.cualif.de la industria 123 9 158 15 345 51

Cond.y oper.de maqui. mov 53 1 67 2 225 3

Peones y trabaj.no cualificad 41 55 69 89 332 602

Profesionales de las FFAA 171 0 186 0 264 1

No clasificables 2 2 6 2 16 6



CUADRO V .- OTROS DATOS CURIOSOS REFERENTES A LA POBLACION COMPUESTA POR NATIVOS GALLEGOS RESIDENTES EN LAS ISLAS CANARIAS EN 1996.

Actividades económico-sociales

Económicamente activa

Ocupados 1.230 540 1.744 1.010 4.873 2.677

Parados buscando 1º empleo 37 57 51 68 117 145

Parados que trabajaron antes 170 113 251 189 632 574

Económicamente inactiva

Jubilados 424 91 491 119 853 274

Otros pensionistas 20 143 21 164 41 271

Incapacitado permanente 9 4 12 6 32 19

Estudiantes 191 196 221 230 426 447

Labores del Hogar 10 674 10 823 27 1.741

Otra situación 15 6 19 8 77 32

Población contada aparte 14 0 18 0 40 0

SECTAS RELIGIOSAS, OVNIS Y EXTRATERRESTRES CON RAYOS Y TRUENOS

El fenómeno OVNI, de los objetos volantes no identificados y por ende el de la posibilidad de la existencia real de seres extraterrestres, de habitantes de otros planetas, sistemas solares o galaxias es un asunto que ya, desde que tuve conocimiento de ello en mi adolescencia y primera juventud, me ha interesado.
Creo que los barruntos de estos temas considerados como fabulosos o fantásticos y, por lo menos en mi reducido ambiente vivencial de entonces, comenzaron con la lectura apasionada de aquellos comics, "tebeos" les llamábamos nosotros la chiquillería, cuales los de un Carlos el Intrépido del que apenas he tenido más información posteriormente y, sobre todo del no menos fantástico Flash Gordón y sus aventuras que parecían no tener fin en el planeta Mongo.
Leía yo con mis hermanos y una gran avidez aquellas formidables peripecias del rubio héroe y sus acompañantes que en diferentes tipos de tebeos llegaban a nuestras manos, comprados con cierto sacrificio económico unas veces e intercambiados las otras con nuestros amigos de la infancia de entonces, en los años de la posguerra civil española y en plena conflagración mundial, cuando circunstancialmente residimos la familia nuestra unos cuantos años en el pueblo montañés de Curtis, en la provincia de La Coruña.
A mis doce o trece años de edad nada sabía yo entonces de ovnis ni de posibles naves espaciales, ni siquiera de la posibilidad de viajar realmente a la luna. Pero, en cambio, si aprendí a viajar con la imaginación en aeronaves como aviones súper veloces a mundos lejanos intergalácticos o a otros infinitamente pequeños, contenidos en el interior de un átomo, de una moneda, todos ellos maravillosos.
Ya un adolescente e iniciando mi primera juventud leí con asombro, entre otros libros, la famosa novela de Julio Verne titulada "De la Tierra a la Luna" y comencé a conocer algo acerca de lo extraño e humanamente incomprensible de los ovnis que, parecía ser nos han estado visitando en todas las épocas de la Humanidad. Creo recordar ahora que, por tales etapas juveniles un buen día leí concretamente en la revista cubana "Carteles" un trabajo, para mí impresionante, del estudio realizado sobre los textos bíblicos que relatan lo del carro de fuego que arrebató al profeta Elías y hacen descripción del Arca de la Santa Alianza del pueblo hebreo con su dios Jehová, afirmándose que el tal carro fue sin duda un platillo volante, un verdadero vehículo manejado por seres extraterrestres y que el Arca era nada más ni nada menos que un potentísimo acumulador de electricidad estática, de energía.
Por cierto que buscando algunos datos entre mis fichas para escribir el presente comentario me encontré uno, manuscrito, con la caligrafía peculiar de mi hermano gemelo Fernando en la que se decía que quien bautizó a los platillos volantes fue un hombre de negocios de Boise, en Idaho, USA. que el 24 de junio de 1947, a las dos de la tarde volaba en su avioneta particular desde Chealis a Yakima, en el estado de Washington y vio unos destellos enfrente de sí que le llamaron la atención, pudiendo observar una hilera de hasta nueve objetos brillantes y como metálicos sobre los picos nevados de las montañas que estaba sobrevolando y que tenían forma de discos, pareciendo estar como unidos entre ellos por algo invisible para él, que oscilaban ligeramente y cambiaban de rumbo de forma simultánea, calculando que la velocidad de aquellos objetos sería entre los dos mil kilómetros hora y que aparentaban ser de unas dimensiones aproximadas a un avión DC-4, conocido por nosotros como el Douglas C.54 cuatrimotor. Al declarar el observador del extraño fenómeno lo que había visto describió a los objetos como formados por dos platos unidos por su parte cóncava, como ai fuesen unos "platillos volantes".
Pues bien; siguiendo con el tema inicial, diré que algunos años más tarde, sí, ya me aficioné a leer todo cuanto cayera en mis manos tratando del fenómeno OVNI y, como consecuencia directa, de los seres extraterrestres, de la posibilidad de vida en otros planetas o galaxias. De hecho, tengo en mi biblioteca particular unas cuantas obras de especialistas en el tema cuales Antonio Ribera, Rafael Farriols, J.J. Benítez, Vicente-Juan Ballester Olmos y Juan A. Fernández Peris, Peter Kolosimo, Jaques Bergier, Frank Edwards, etc.; y de ciencia-ficción sobre lo mismo, cuales los de Asimov, Clark, Spielgel, por citar a alguno de los más conocidos.
En cuanto al cine del género mis películas favoritas son, indudablemente las de mi admirado Stephan Spielgel "Encuentros en la tercera fase" y "ET." de las que tengo también las novelas correspondientes, además de otras de su serie de cortometrajes. Y en televisión, la serie de "La guerra de las galaxias" y otras parecidas.
Es decir; que sin ser ni sentirme un "ufólogo" al uso, soy de las personas que creen en los ovnis y en la posibilidad de la existencia de seres extraterrestres, de que muy bien pueda haber alguna forma de vida fuera de la Tierra.¿Por que vamos a ser tan arrogantes para pensar que en el universo, en donde no somos más que como una arenita en la inmensa playa, una estrella entre las miríadas que tachonan el firmamento, no pueda necesariamente haber vida inteligente como la nuestra o más perfecta si cabe?...
Lo cual antedicho, no es óbice para que, no obstante me muestre bastante crítico a la hora de juzgar toda posible noticia de avistamientos de esos objetos volantes no identificados y, desde luego más bien incrédulo cuando se informa de hipotéticos contactos con seres de fuera de la tierra, que hasta ahora no se han podido confirmar con certeza y seguridad.
Hace algún tiempo, en el transcurso de una sesión de hipnosis desarrollada tan solo para mí, intentando romper mi escepticismo al respecto, a través del hipnotizado habló por unos momentos quien se anunció como habitante del planeta Ummo y que ya en ocasiones anteriores conectara con el hipnotizador diciendo que era uno de los tripulantes de una nave que patrullaba cerca de la tierra. Ciertamente oí allí algunas palabras dichas en un castellano muy rígido pero que se entendía, que parecían salidas a través de algún conducto metálico y que a mí me parecieron de momento como las de un ventríoloco con frases de amistad, de hermanamientos y bondades. Aún no sé ahora mismo, si hubo algo de verdad en lo que presencié y oí allí o si, lo que se pretendió fue tomarme el pelo, como vulgarmente se dice.
Por otra parte, prueba de que me interesa el tema es que yo, una vez "Vi un OVNI", cuya interesante experiencia ya he relatado en su día en algún artículo en la prensa y una que otra revista. Lo vi,... filmado en una película tomada con vídeo familiar, pero que tanto a mí como a otros espectadores, entre los que estaba también el hipnotizador más arriba citado, después de visionarla una y otra vez nos convenció de su veracidad. La fotografía, el fotograma que aquel día se me obsequió, o lo he perdido o alguien ha hecho que lo perdiera, pero conservo fotocopias de la portada de una revista especializada en la que apareció aquel objeto volante no identificado que sobrevoló la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria hace unos años.
Otra muestra de mi interés, es que he tenido durante muchos años la costumbre de recortar y guardar cualquier tipo de suelto periodístico o noticia en la que se informe de esta materia. La última es una que hace muy pocos días recogí en la que se dice que el científico ruso Boris Radiónov catedrático de Microfísica y Cosmofísica del Instituto Estatal de Ingeniería y Física sitúa en una luna de Júpiter la base de partida de los pilotos de los ovnis que nos han estado visitando, asegurando que se trata de los componentes de una civilización "antiquísima" y muy avanzada tecnológicamente. Añadiéndose que en una de las imágenes de las fotos transmitidas por la sonda estadounidense Galileo y publicadas, que el profesor consiguió acercar a la resolución récord de nueve kilómetros de altura, se distinguen contornos de lo que él define como tuberías, túneles y cúpulas esféricas y que, además, en la foto se advierte con claridad que las líneas que antes se consideraban eran fisuras en la superficie, en realidad se cruzan a diferentes alturas como en un nudo de autopista.
No soy, no me considero precisamente un escéptico en la materia de ovnis y extraterrestres, aunque, dado lo hasta ahora intrigante y esotérico de la misma, procuro ser lo más objetivo posible en cuanto a ella se refiera.
Y todo esto viene ahora y aquí a cuento, porque, en estos días pasados, en la isla de enfrente, que para nosotros en Gran Canaria es la de Tenerife, se ha dado un caso al respecto muy peculiar. La policía, debidamente alertada acaba de abortar lo que tenía todo el aspecto de que se preparaba un estremecedor suicidio colectivo, que debería de producirse en la fecha del 8 de enero de este año, es decir, hace escasamente una semana y que tendría por escenario a Las Cañadas, los Llanos de Ucanca, casi al pie del cono volcánico del pico Teide, la mayor altitud de España con sus tres mil setecientos diecisiete metros. Según luego se supo tenían proyectado el realizar la acción los treinta y pico componentes, incluidos varios niños de corta edad, de una de esas sectas de adeptos a esotéricas religiones de las que parecen proliferar en estos últimos tiempos y, supuestamente, bastante numerosas por estas islas Canarias.
Por ejemplo y por lo que difunde estos días la prensa canaria es en la isla de Tenerife por donde, entre otros no tan conocidos, opera o se mueve un conocido como "Movimiento Raeliano" dirigido por un Joel Guerreiro (¿?) y organizado a nivel mundial por el periodista francés Claude Vorilhon que ha adoptado el nombre de "Rael" con el significado de "el último mensajero" y que se dedica principalmente a difundir por toda la tierra ciertos mensajes emitidos por habitantes de otros mundos que se ofrecen a clonar humanos y al mismo tiempo otro servicio de "insurreccione" por el cual se aseguran las células de adultos y niños vivos ante riesgos imprevisibles; defendiendo que la vida eterna existe y que los terrícolas nos estamos aproximando a quienes según ellos serían nuestros creadores, los extraterrestres, de los que afirman que hace unos veinticinco años se están poniendo en contacto con sus dirigentes.
Pero, volviendo a la secta esa seudo religiosa que a lo que parece, por más que ahora lo nieguen algunos de sus dirigentes, proyectaba el supremo sacrificio de un suicidio colectivo de todos sus miembros al pié del pico Teide y el día 8 de enero, justo a las 8 horas, según las denuncias, es la instigadora y jefe espiritual del grupo la psicóloga de "alto standing", la alemana Heide Fittkau-Garthe, de 56 años de edad que, según su declaración, está dada de alta en la Seguridad Social española como conferenciante y posee por tierras tinerfeñas, además de una hermosa finca alquilada en las afueras de Hamburgo en Alemania, una amplia casa vivienda en el santacrucero barrio de La Salud, un apartamento alquilado y una finca en el término municipal de Arafo y es dueña de hasta cuatro coches, además de titular de varias sustanciosas cuentas bancarias.
Esta mujer afirma mantener una especial relación con la celestial "madre Aida"o "madre Aida del cielo" que representa una energía divina puesto que Dios está detrás de todo, aunque con una especial configuración; y que la tal "madre celestial" es la que últimamente le ha comunicado a ella el mensaje de que "la tierra sufrirá muy pronto una gran transformación, una catástrofe, a raíz de la cual se destruirán los cuerpos terrenales", y para la cual da dos fechas, primero la del 8 de enero y la otra que no se le ha especificado todavía. Y consecuencia de ello, en la primera de dichas fechas una nave extraterrestre pasaría en la fecha y hora indicadas a salvar únicamente al grupo de adeptos que eran los elegidos, recogiendo sus almas, una vez que voluntariamente se hubiesen separado de ellas los cuerpos, para lo cual tenían que estar todos ellos dispuestos en Las Cañadas del Teide, porque, por ser el sitio a tal altitud, no iban a llegar allí las aguas revueltas de la catástrofe que ocurriría acto seguido. Operación que a mí, cuando leí la noticia me hizo recordar, no sé exactamente por que, a una de las escenas apocalípticas de la desaparición de la tierra bajo las aguas que Julio Verne describió en su novela, de las menos conocidas suyas, titulada "El eterno Adán" y que quienes la hayan leído entenderán lo que quiero decir.
Operación macabra que fue providencialmente abortada por la policía, tan solo unas horas antes de que se llevase a efecto.
Por más que me haya llamado todo lo que antecede la atención y por eso lo he escrito aquí, estimo que no merece más comentario de mi parte el hecho en sí, uno más de los que protagonizan de cuando en cuando estos seres a quienes algún listillo les sorbe el seso y que a veces, en un flagrante contrasentido, reniegan de la religión, sea cristiana, musulmana, judía o budista por ejemplo, protestando por cualquier tipo de obligaciones o deberes que se les impongan, alegando siempre que así se coartan sus libertades; y con la misma se hacen sectarios, adeptos afiliados a ese otro tipo de obligación que los anula como personas, que los ata y convierte en entes despersonalizados, como si fuesen zombis.
No obstante si deseo dejar como colofón, reflejada mi impresión acerca de un fortuito hecho que aparentemente está ligado al tema y que no es más que una especie de consideración pura y simple de algo que logró llamar mi atención más de lo normal, al menos por unos breves momentos.
En estas islas Canarias, en las que el clima es por lo general tan bonancible que ha motivado en el pasado el que se designe al archipiélago y más concretamente a Gran Canaria, además de "Continente en miniatura", como "el país de la eterna primavera". Pues de tan bonancible , a veces, como en regulares ciclos que se alternan y por causas precisamente climatológicas y de la meteorología, se pasa realmente el dicho clima. Hace no se cuantos meses que no llueve sobre la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria; que el cielo, si no con la clásica "panza de burro" veraniega, permanece límpido, ausente de nubes y no hay ni viento y la mar cercana se conserva en calma bonancible. Tan solo alguna vez, muy de cuando en cuando, algunas nubes de aspecto algodonoso, pasajeras, dejan caer discretos gruesos goterones por unos instantes, arrecia con ello el calor, y nada más.
Pues, en la dichosa fecha del ocho de enero pasado, alrededor del mediodía, un toldo de grisáceas nubes, unas compactas y oscuras y otras más algodonosas y claras, de cúmulos" que se movían en rápidas oleadas al empuje de las rachas del viento allá arriba, desfilaban amenazantes de soltar la lluvia sobre la urbe. Y, después de algunos relámpagos zigzagueantes de lívidos resplandores resonaron con fuerza unos cuantos potentes truenos como heraldos anunciadores de previsible tormenta y posible y ansiada descarga de lluvia.
Yo, como observador del fenómeno atmosférico, me encontraba dando el habitual paseo de después de comer, recomendado encarecidamente como obligatorio por el doctor endocrino que actualmente está tratándome en efectiva cura de adelgazamiento. En la mitad aproximada de la calle de Henry Dunant con su confluencia con la de Juan Rodríguez Quegles a su principio, al otro extremo de donde es mi domicilio. Desde allí, allá al fondo, entre boques de viviendas y azoteas en las que destacan las antenas de la televisión, se puede contemplar un trozo del Muelle de atraque Reina Sofía, del mar y de la línea del horizonte del este. Observé, pese a la distancia, que el mar parecía agitado y una bruma tenue pero persistente limitaba sobre él la visibilidad.
Y sobre mi cabeza, como acabo de decir, en un espectáculo llamativo, el conglomerado de nubes en todos los tonos grises posibles, plomizas y amenazantes, de entre las cuales seguían de cuando en cuando brotando en centelleante zigzag unos relampagueantes rayos, seguidos casi al unísono por retumbantes truenos.
La verdad es que el espectáculo, no usual aquí, tal como yo lo observé duró muy poco y la tormenta, si es que se preparaba para descargar, no lo hizo y se fue alejando y con ella, más espaciados, los relámpagos y los truenos. Y, como tantas otras veces, no llovió.
Por un momento absorto, allí inmóvil en la esquina de mi calle, no pude menos de evocar vívidamente la grandiosa escena culminante de la película de Spielberg "Encuentros en la tercera fase" cuando una enorme y extraordinaria nave extraterrestre va a aterrizar en un lugar convenido para contactar sus tripulantes con los humanos que abajo, expectantes, esperan. Quien haya visto la película y la recuerde, entenderá perfectamente lo que quiero decir. Y por un momento, por un solo instante asocié lo que la alemana dirigente de la secta de Tenerife acabada de disolver profetizara a los suyos, según la "Aída" o "madre celeste".
Pero, como era de esperar, no hubo nada. Ni se acabó el mundo, ni hubo suicidios colectivos ni surgió de entre las nubes aquella nave que cual bíblico carro de fuego de Elías debería de recoger a los cuerpos muertos de los últimos supervivientes, valga el contrasentido, de una extraordinaria catástrofe que no sobrevino.
Todo fue una pura y simple, pero curiosa coincidencia. Y nada más.
Carlos Platero Fernández
Las Palmas de Gran Canaria, enero de 1998.
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¡CUENTA, CUENTA!

(para relatar cuentos infantiles a niñas y niños )
Decía mi siempre admirada y hoy en día injustamente olvidada del gran público lector la escritora Encarnación Aragonés Urquijo de Gorbea, "Elena Fortún" la autora de personajes infantiles y juveniles como Celia, Cuchifritín, Matonkiki, etc. para entendernos mejor, que el primer cuento que oiga el niño debe estar hecho con los mismos elementos que él maneja a diario. Los padres, el gato, el perro, el coche, la moto, etc.; y si es en el campo el gallo, la mariposa, la hormiga, etc. El nene prefiere el cuento de infinitas repeticiones y hasta de repetición encadenada, del cual existen numerosas versiones en todos los países, sin otra variación que la forma y el recitado popular propio de cada raza.
Y añadía la fecunda autora que además de quienes sean, debe de ser siempre la mamá, la madre la iniciadora de la fantasía en la tierna imaginación del niño.
Acertadas indicaciones que me dan pie aquí para recordar a mi vez, para aconsejar a quienes van dirigidas las presentes líneas aquellos cuentos de sonsonete, de repetición una y otra vez que yo debí de oír de labios maternos en mi más tierna infancia y que, asimismo, indudablemente evoqué cuando mis hijos lo fueron también. Y que, además, la mayoría figuran en el acervo cultural popular canario, con variaciones en algunos casos propias del más genuino folclore isleño.
Son ellos algunos como éstos: Sentando a la criatura sobre las rodillas unas veces y otras manteniéndose a su altura, cuando aún no hablaba y tan solo balbuceaba lo que más machaconamente se le hubiera ido inculcando, cogiendo sus sonrosados puñitos de suave y fina epidermis y deditos gordezuelos en los que se le formaban graciosos hoyuelos se las llevaba a ambos lados de su cara de mofletes rubicundos y se le cantaba aquello de: "Daba la mocita (o la criaturita si era niño) / en su cabecita; / daba, daba, daba / y no se lastimaba; / pero dio y dio... / ¡Y se lastimó!”. Y con las manos así cogidas se le aplicaba un ligero cachete, lo que sobresaltaba y aún a veces hacía llorar con mimo al ansioso juguetón, que al fin solía luego reclamar "¡Má, má!" con radiante sonrisa y mirada suplicante.
Y ese otro juego, montando a horcajadas en las rodillas al infante y meciéndolo con efecto de galopar: "¡ Arre borriquito, vamos a Belén; / que mañana es fiesta y pasado también: / ¡Arre, arre, arre, que llegamos tarde! / ¡A Belén, que lo manda el coronel! . / ¡A Belén, que lo quiero yo también!”, acelerando y haciendo un poco más agitado el rítmico movimiento de caballeo.
Y yo recordé alguna vez aquel el gallego traducido al castellano que suele hacer gracia por lo disparatado de su recitado, que deberá de recitarse a coro: "Mañana es domingo de pipirimingo y se casa Juanita con un pajarito que sabe coser, que sabe bordar, que sabe la tabla de multiplicar. ¿Quien es la madrina?, Doña Josefina. ¿Quien es el padrino?, Don Hilarión que mata las pulgas con un cucharón”. También el que traduzco, que se solía cantar a los niños en presencia del Arco Iris. "Arco de la vieja, vete de ahí, que las niñas bonitas (o los niños bonitos) no son para tí; que son para el sol que viene ahí”. También, aquel propio de jornadas lluviosas: "Cuando llueve y hace sol, anda el demonio por Ferrol, pinchando a las mujeres con agujas y alfileres".
Como en gallego aprendí el que traducido al castellano se ejecuta jugando con la mano del niño, empezando por el meñique tomándolo por un instante y siguiendo sucesivamente con los otros: "Este niño quiere pan; (anular) este dice que no hay; (corazón) este otro que ya veremos; (índice) este que compraremos (o coceremos) y este (el pulgar y alzando más la voz) ¡Que todos comeremos!
Y claro está, ese que tanto suele agradar en principio a los pequeños oyentes pero que, si se trata de enojarlo un tanto, después de haber él dado contestaciones de toda índole acaba por enfadarlo, teniendo en cuenta que los educadores dicen que no es malo el provocarlo puesto que es conveniente que el niño exteriorice sus emociones: El Cuento de la Buena Pipa, con la pregunta de si ¿quieres que te cuente el cuento de la buena pipa? Yo no te digo que si (o que no, o cualquier otra contestación suya), sino que si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa.
Son válidos como motivo de juego para niños pequeños, aquello de, cambiando el primer nombre a gusto del actor, sentado y manteniendo a la criatura sobre las rodillas, inclinándolo de una u otra forma con la última estrofa del cuarteto: "Ignacio y Clemente / fueron a la fuente./ Ignacio se cayó / ¡y Clemente lo levantó! Y el otro: Nacho fue a la guerra / montado en una perra./ La perra se murió / ¡y Nacho se cayó!
Ya un poco más grandito el niño, le encanta que se le cuente, que medio se escenifique jugando con sus deditos el que yo conocí de muy niño en mi Galicia nativa y que, traducido del gallego, resulta poco más o menos así su texto: "Pinto, pinto, margaravinto, / Tengo un buey que sabe arar, / trompicar, dar la vuelta bien redonda.../ ¡Y este niño que se esconda!", doblándole, como si se escondiese uno de sus dedos extendidos cada vez que se canta o recita en tono más o menos monótono la oración hasta que todos quedan doblados, escondidos.
Este juego infantil, en Canarias y al menos en las zonas rurales y marineras, al igual que sucede con algunos otros de los que aquí detallo, se conoce de antiguo con muy ligeras variantes en cuanto al texto y otras cambiándolo casi del todo y que dice, "Pico, pico, melorico / saca la vaca de veinticinco. / Tengo un buey que sabe arar, trompicar, / dar la vuelta a la redonda / y este dedo que se esconda.¬(En algunas localidades de las islas cual sucede en Lanzarote, en lugar de dedo se dice mano si se juega con varios niños que extienden ambas manos cerradas sobre una mesa, a la redonda).
Hace ya tiempo que yo leí en algún sitio y lo copié por haberme llamado la atención, lo que resultó una versión bastante diferente de este juego infantil, aplicable en la isla de Tenerife y decía : "Pico, pico, melorico, / ¿Quien te dio tamaño pico? / Barre escobita; / barre escobón; / barre la casa de Juan Polisón. / Torta la mega, / la tortolega, / sabe andar, / sabe correr; / sabe la maña / de irse a esconder:", siendo para mí incomprensibles algunas de dichas palabras recitadas. Otra versión más, isleña: "María Marta / mató un buey, / todos probamos de él / menos este pobrecito / que se irá a esconder / detrás de la pipa / de San Miguel”.
Si son varios los niños participando en alguno de estos y otros juegos así como escuchando los más dispares cuentos, sabiendo lo que les gusta el poder participar de alguna forma aquellos deben de terminarse siempre que se pueda con la muletilla esa de, "¡Colorín colorado; este cuento (o este juego) se ha acabado... Y el que no se levante ahora, ¡Al asiento se queda pegado! (o ¡Con el culo se queda pegado!)", de gran efecto entre la grey infantil ya que, por lo general, todos se levantan como impulsados por un resorte, imitando a quien lo dice.
Coletilla que también suele agregarse cuando se cuenta un cuento en el que son protagonistas una pareja, añadiendo: "Y se casaron y fueron felices. Y comieron perdices y a mí no me dieron porque no quisieron."
Recuerdo ahora que mi madre a mis hermanos y a mí nos solía contar el cuento aquel del Ratoncito Pérez, que comenzaba relatando lo de la hacendosa y linda mariposita que muy acicalada está barriendo delante de su casa y pasan sucesivamente por allí diversos animales domésticos cuales el perro, el gato, el gallo, el caballo, el asno, el buey, etc que la piropean y pretenden casarse con ella que a su vez primero indaga que ruido hacen por la noche al dormir y ellos contestan con su característico ladrido, maullido, cacareo, relincho, rebuzno, mugido, etc. por lo que son rechazados con un "no, que me despertarías"; hasta que llega el ratoncito Pérez con las mismas pretensiones que sus antecesores pero que a la pregunta de ella responde con un ruidito tan tenue que es aceptado. Una vez casados la mariposa y el ratón, ella que vá a salir de casa encarga al ratón que vigile el fuego en el que esta cocinándose la comida, pero él quiere saber que hay en el recipiente y se asoma a su borde, viendo que es cebolla, pero, perdiendo el equilibrio y cayéndose dentro, pereciendo; con lo que se termina el cuento, recitando: "El ratoncito Pérez / se cayó en la olla / por una cáscara de cebolla", o algo parecido.
Ya más mayorcito el niño, goza con su participación activa y, por lo general le suelen encantar también las canciones con sonsonetes. Como a mí me cantaran en Galicia, cuando hacíamos excursiones al campo o a la playa cantaba yo a mis hijos y a sus primitos y primitas y compañeros de su edad, ese tipo de canciones que suelen ser de letras divertidas o disparatadas. ¿Os acordáis, Margot y Carlos cuando todos hacinados viajábamos los días festivos y de vacaciones por cualquier ruta de Gran Canaria en aquel nuestro primer coche, el pequeño Fiat 500 o luego ya en el amplio Fiat 15000 que lo sustituyó y que cambió de color con los años igual que luego le sucedió al Seat 124, de azul marino originario?... Entreteníamos el tiempo del recorrido berreando, cantando a coro lo de: "Estando la rana sentada cantando debajo del agua, etc"; O "Un elefante, se encuentra con otro elefante y son dos elefantes los que se han encontrado. Dos elefantes, se encuentran con otro elefante, etc" y su variante más rotunda de "Un bombero, se encuentra con otro bombero, etc. etc.
Y ya siendo más crecidos niñas y niños, también a coro pelado la famosa canción de que "Vamos a contar mentiras, tralalá, vamos a cooontar mentiiiras",... Y "Un día en las carreras, chimpún, un día en las carreras, rompimos un cristal, parapapán, pam, pan, parapapán".
Y aquellos romances infantiles cantados asimismo a coro por niñas generalmente, al menos muy conocidos en la España peninsular y en las islas, los clásicos de "Mambrú se fue a la guerra", "Estando el señor don gato" y aún añadiría yo, pero ya cantados más bien por gente adolescente los de "¿Donde vas Alfonso Doce", "Estando una señorita a la entrada de un cuartel", "La viudita del conde Laurel", "Santa Catalina" y otros cuantos.
Pero, claro: A partir de ciertas edades comprendidas entre la infancia y la adolescencia, cuando ya se canta, sea como solista o a coro, los temas por lo común ya no suelen formar parte de los cuentos propios del mundo infantil. Y eso ya me daría a mí pie para explayarme con anécdotas o contando, cuando no ideando, relatando o escribiendo otra clase de cuentos, los literarios, digo yo; de los que, ciertamente, entre publicados ya e inéditos tengo compuesto cerca de medio centenar.
Los cuentos juveniles, propios para adolescentes ya son otros y muchos de ellos inventados, ideados para ser escritos, transmitidos a través de la lectura y entran de lleno en otro género completamente distinto de estos otros infantiles, contados a viva voz más que leídos o recitados; clásicos, antiguos, que no constan de, no tienen espacio ni tiempo definidos, generalmente muy imaginativos y apropiados para encender la fantasía en la mente en formación de los niños desde su mas tierna infancia y de los que forman parte los en alguna medida reseñados en las presentes líneas.
Carlos Platero Fernández
19 de septiembre de 2002.
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¡ SI ES DE “MADRÍ”!

Hace ya muchos años, tantos que debería de andar yo rondando los veinte y pico, residiendo ya por aquellas calendas en la entonces recoleta localidad gran canaria de Telde, solía desplazarme por las tardes a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, o por unas clases de Radiofonismo a las que estaba asistiendo en días alternos o, si acaso, cuando ya había comenzado a rondar a la que hoy es mi mujer y madre de mis hijos.
El caso es que, si aún era temprano para lo uno o lo otro, solía yo adentrarme por la entonces fronda del Parque de San Telmo solazándome al pasear por su extremo que daba al mar; también acudía al otro extremo de la ciudad, al cosmopolita Parque de Santa Catalina para tomar un café o un refresco sentado ante alguno de los veladores de los bares aledaños; o al mismo Puerto, para pasear por el Muelle Grande entre las tartanas, los automóviles, los numerosos puestos de venta ambulante situados a la vera de los trasatlánticos que ya estaban aportando el incipiente turismo extranjero y en donde me divertía observar a los ingeniosos y activos cambulloneros que trajinaban intercambiando artículos y toda clase de moneda con los pasajeros, turistas y tripulaciones. Y a los llamativos vendedores que se esmeraban en vender mercancías formadas por productos de las islas y artículos de lo más variopinto, llamativo y exótico que se pudiese uno imaginar. También a nosotros, los paseantes y mirones, nos tomaban a veces como potenciales clientes para sus transacciones.
En uno de aquellos distendidos paseos, en cierta ocasión se me acercó un individuo de un moreno cetrino, como agitanado pero que indudablemente era un buen mozo de raigambre isleña y que al observar mi aparente curiosidad por la mercancía que exhibía en una especie de tablero portátil, con ruedas, como quiera que entonces no había cercano otro posible cliente, empezó a ofrecerme muñecas, cuadros con marinas confeccionadas con corcho, relojes y otros productos por el estilo. Y, por hacer algo, hice como que me interesaba por una reluciente navaja de las de "todo uso".
-Navaja chachi, pura de acero, very güey...
Yo le decía que no la quería, entre dientes, divertido. Y, como una gracia, pensé en hacerme pasar por turista, por lo que le dije ya un rotundo "nao", "non".
Tomándome el vendedor por un portugués o, quizás por brasileño, insistió en el chalaneo:
- Boa navalla...¡Apruébela vostede, siñore!...
- ¡Non, non! - tan solo farfullaba yo.
Y el isleño insistía, porque la venta había sido hasta entonces casi nula.
- Pero, moito bunita la navalla, la cheira... ¡Presiosísima, se lo digo eu!
Ya un tanto cansado de tanta insistencia, con mi atenuado acento gallego terminé por decirle en tono un tanto chulesco:
-¡Que te digo que no quiero la navaja, tío!
Y el buen hombre, sorprendido, no tuvo más remedio que dejarme marchar sin haber conseguido la venta, en tanto que mirando de reojo a otro compañero de cambalache que se acercaba, decía con acento de admiración y a un tiempo como decepcionado.
- ¡ Anda; pero si es de Madrí!
Carlos Platero Fernández
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A modo de autobiografía

Yo, Carlos Platero Fernández nací en La Coruña el 1 de marzo de 1932.

Llegué a Canarias en 1949 y desde 1953, aquí empadronado, resido fijo en Las Palmas de Gran Canaria. Como empleado civil del Estado, toda mi vida laboral la desarrollé en la Base Aérea de Gando; jubilado en la actualidad. Estoy casado y tengo una hija y un hijo.

Escritor por afición y publicista entusiasta de temas canarios y gallegos preferentemente, mi espíritu curioso y viajero me ha llevado a conocer a la perfección el Archipiélago Canario y Galicia, además de haber recorrido todas las regiones o Comunidades Autónomas españolas, las tierras africanas del Sahara Occidental, las islas Madeira, Europa al completo y algo de Turquía.

Confieso aquí que siento un amor profundo por las culturas y las tradiciones históricas del pueblo que me vio nacer y del pueblo en que he fijado mi vida. Esto se refleja, por un lado, en una variada labor de divulgación e incluso recreación del pasado canario; y de otro, en un empeño de dar a conocer en Canarias aspectos de la cultura gallega, de manera especial aquellos que signifiquen un nexo o un paralelismo entre ambos países.

Entre mis obras de tema canario ya publicadas se encuentran: "De la historia de Canarias" (Las Palmas 1969), "Mis exploraciones canarias" prólogo de Sebastián Jiménez Sánchez (Las Palmas 1970), "La historia de Canarias en episodios", prólogo de Luis García de Vegueta (Las Palmas 1971), "...De la isla redonda" (cuentos) (Bilbao 1973), "El Cine en Canarias" prólogo de Mª Dolores de La Fe Bonilla (Las Palmas 1981), "Los apellidos en Canarias" (Las Palmas 1992), "Calles de Las Palmas" (Las Palmas 1998), "Gallegos en Gran Canaria" prólogo de Manuel Fraga Iribarne (Santiago de Compostela 2000) y “La Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria (1484-2005”), Las Palmas 2005. Y de tema gallego, "Un episodio de los tiempos celtas" (Las Palmas 1979).

He sido premiado con Mención Especial en el "1º Certame de Creación Literaria e Investigación Terra de Melide 2001" por mi obra "Contos de onte e antonte" (relatos curtos).

Entregadas para imprenta y publicación las obras "Nuevo nomenclátor callejero de Las Palmas de Gran Canaria", "Cabalgatas de Reyes" (de La Casa de Galicia en Las Palmas de Gran Canaria), “Corralejo y otros escritos”, libro didáctico sobre Fuerteventura y “Eusebio Navarro Ruiz, teldense destacado”, apuntes biográficos.

En el transcurso de los últimos cuarenta años he sido en una larga etapa, además de Socio de Número de la entidad, asesor cultural y director de la revista anual de la Casa de Galicia de Las Palmas "Aturuxo", soy desde hace muchos años Socio de Número de “El Museo Canario” y colaborador habitual de la prensa local con más de 500 artículos o reportajes diversos, así como, de forma esporádica en varias revistas, en la prensa gallega y otras publicaciones; en la Casa de Galicia, Feria del Atlántico, Casa de Colon, Colegios Escolares y diversos Centros Culturales he impartido cerca del medio centenar de conferencias y charlas-coloquio sobre temas canarios y gallegos preferentemente, actos dados a conocer en su día por los medios de comunicación social locales del momento; habiendo mantenido durante algún tiempo diversos programas radiofónicos en distintas emisoras de la provincia de Las Palmas.



OTRAS OBRAS ESCRITAS, INÉDITAS.

Otras obras mías, unas pendientes de publicación, otras terminadas, inéditas en su conjunto pero de las que por lo general se han estado facilitando amplios y variados retazos en la prensa y en diversas revistas y boletines, son: "Un señor de Villardeferreiros, apócrifo virrey del Perú"; "Las ermitas canarias" exhaustivo inventario de las existentes en la actualidad, de las convertidas en templos parroquiales y de las ya desaparecidas; "Guatatiboa" sobre gastronomía canaria de todos los tiempos; "Santa Catalina Mártir en Canarias, en Tacoronte", historia de unas ermitas y de unos barrios, palmense y tinerfeño; "Andar, ver y conocer Gran Canaria"; "Usos y costumbres de los aborígenes canarios"; "Los aborígenes en las cinco Crónicas de la Conquista de Gran Canaria": "Entre la historia y la leyenda"; "Más tradiciones canarias" lecturas juveniles; “Canariadas”, diversos artículos sobre artesanía popular, cerámica, deportes autóctonos, etc.; “Mi ciudad” memoria callejera de la ciudad vieja palmense, lecturas juveniles "Gando", los principios de la aviación en Canarias; "León, Gando, la Aviación y yo", memorias amables; “Los comienzos balompédicos canarios”, orígenes y primeros tiempos del futbol canario” "El cine canario"; "La Radio en Canarias" memorias; "Comas Quesada y yo"; “Noticia de algunos pintores en Canarias”, "Raíces canarias", lecturas juveniles acerca de usos, costumbres y tradiciones; "Memoria canaria"; "La isla de cristal y otros cuentos", "Los Cuentos de Carlos Platero"; " Más cuentos y relatos de Carlos Platero", cosas de niños vistas por los mayores; "Viejos y nuevos cuentos"; las novelas “La Sima” novelón de juventud, "El amor y el odio están en la cueva", “Mi hallazgo”, "Tenagua o la Casa del Cañaveral", “Tafetán, Pedro el Canario”,de tema canario y “Flavio, el romano”, de la Galicia romanizada, "La torre del odio", “Fervenzas” y “La batalla de Porto de Bois”, del medievo gallego; así como las monografías, "Las Calles de Las Palmas de Gran Canaria", amplio y detallado callejero; “Callejero palmense”, aproximación a un nomenclátor callejero de Las Palmas de Gran Canaria como Lectura juvenil; "Escaleritas" y "Schamann y sus calles", la documentada historia de estas señeras barriadas de la Ciudad Alta palmense y "Las calles de Escaleritas", nomenclátor de la misma; "Nuestras calles y plazas con historia", “Las calles y plazas que dan a Las Canteras”, “El historiado Parque de Santa Catalina”, "De la fonda al hotel", la historia de los primeros alojamientos hoteleros de Las Palmas, y “Corralejo y otros escritos”, libro didáctico sobre Fuerteventura, “Algo más de Telde”, con diversas noticias biográficas” y “El libro de los Platero”, con notas genealógicas y vivencias familiares escritas por los gemelos en gallego o castellano indistintamente, “Evocando a Galicia siempre”con diferentes escritos de temas gallegos, “Cousas que pasan” , “Vai de contos”, “O meu achádeo” y “Xovia e Seburro”, drama celta.

. Y las siguientes monografías, algunas de ellas publicadas ya en su día como especiales reportajes en la prensa local.

"DIEZ TEMAS CANARIOS", monografías y reportajes (Los cañones del Guiniguada.- Los aborígenes canarios y su lenguaje.- Las banderas canarias.- Los perros de la plaza de Santa Ana.- San Blas en Las Palmas.- ¿Un gallego en las Canarias del siglo XIV?.- La Plaza Mayor.- El cuadro "Emigrantes" en el Ayuntamiento de Las Palmas.- Los Salvago y su ermita.- Alcaldes de Las Palmas.- Apéndice poético) y

"SIETE TEMAS GALLEGOS", con curiosidades histórico legendarias y artísticas de Galicia. (De celtas y comics.- El ciclo artúrico o arturiano.- San Antolín de Toques y su excepcional Calvario.- El curato de Ponte Arcediago.- La batalla de Porto de Bois.- García de Remesil y la Torre de Sanxurxo; y Carlomagno y Galicia) ..