26 de octubre de 2010

ALGUNAS NOTAS REFERENTES AL “HOTEL QUINEY” EN LAS PALMAS

contestando Carlos Platero Fdez. a una solicitud:



ALGUNAS NOTAS REFERENTES AL “HOTEL QUINEY” EN LAS PALMAS

En el año de 1884 se abrió al público isleño un nuevo o, al menos remozado, Hotel Inglés, muy posiblemente sustituto o continuación del anterior allí mismo radicado, en el número 13 de orden de viviendas de la Plaza de San Bernardo, pero ya propiedad del súbdito británico residenciado en Las Palmas, Charles Quiney, pues, según noticia que recabó al respecto la investigadora ya citada González Cruz, el 14 de enero de 1884,... “Mr. Charles Baker Quiney comparece junto con el dueño de la casa don Domingo Navarro y Pérez ante el notario Vicente Martínez para firmar la escritura de inquilinato de una casa de planta alta situada en esta ciudad, barrio de Triana y plaza de San Bernardo, sin tener número de gobierno..., tiene huerta y jardín accesorios y ocupa una superficie de novecientos treinta y ocho metros cuadrados”. Añadiéndose en la noticia que el alquiler que se firmaba por un lustro al precio de 600 pesos o 2.250 pesetas anuales a satisfacer en mensualidades de 50 pesos o 187´50 pesetas, incluía el jardín y un gallinero, ambos a la espalda de la propia casa, “pero no la huerta”, se especificaba aún. Días después, concretamente el 5 de febrero, se anunciaba en la prensa local la inauguración del nuevo hotel “Inglés”, que, en realidad fue una especie de fonda de lujo con todas las comodidades posibles de la época y estuvo dirigido por el matrimonio Quiney, aunque, a deducir por los relatos y noticias de entonces, quien llevó siempre el timón del negocio fue la esposa, atractiva y gentil “relaciones públicas”.

Instalación hotelera entonces modélica, de elegancia de formas, con veinticinco confortables, espaciosas y bien iluminadas habitaciones, jardín interior, baños adecuados y unas despejadas azoteas desde las que se podían contemplar magníficas vistas de la ciudad, de la amplia bahía y del incipiente puerto. En la propaganda escrita y en la prensa de la época este brillante e interesante hotel, atraía a los ingleses, germanos y franceses viajeros y en especial a los componentes de la colonia británica ya establecida en la isla; indicandose, además, que allí podía almorzarse, comer por el precio de ocho o diez chelines, las bebidas aparte.

Según el cronista grancanario Eduardo Benítez Inglott, aquel establecimiento, más conocido primero como la Fonda Quiney fue acogido en Las Palmas del entonces con las mismas muestras de sorpresa que pudieron causar un Astoria o un Castellana Hilton en el Madrid de a mediados del siglo XX. Porque, además ya contó con bar y local de administración que los jóvenes isleños pronto denominaron “comptoir” y aunque en el comedor se seguía haciendo uso de la amplia y tradicional mesa redonda u ovalada, se instalaron y avituallaron mesitas individuales o, a lo más, para una o dos parejas.

También se recordó que fue entonces cuando hizo aparición en su restaurante la carta de vinos y aún, posteriormente, fue en tal cosmopolita establecimiento donde se dio a conocer por estas tierras el novedoso whisky.

El éxito de aquel entrañable hotel de la Plaza San Bernardo fue ya desde el principio rotundo entre la sociedad grancanaria y terminó por ser señal de suma distinción y buen gusto el ir a comer o cenar “a Casa de Quiney”, donde la belleza, cultura y afabilidad de trato de la Sra. Administradora fue proverbial. El contrato de aquel inquilinato fue renovado varias veces con la viuda del propietario, que era doña Adela Díaz y luego con sus herederos, hasta el mes de julio del año 1907, fecha en que el establecimiento, que estaba a pleno rendimiento y ya había tenido algunas reformas y ampliaciones pasó a ser administrado por un M. Otto Netzer que iba a continuar explotándolo, pero ya con el nombre de Hotel Continental.

(fragmento de mi monografía DE LA FONDA AL HOTEL de próxima publicación)

Por favor y por estética, cítese siempre la fuente que informa

ALGUNAS NOTAS REFERENTES AL “HOTEL QUINEY” EN LAS PALMAS(contestación a Adurne)

contestando Carlos Platero Fdez. a una solicitud, la de Adurne :



ALGUNAS NOTAS REFERENTES AL “HOTEL QUINEY” EN LAS PALMAS

En el año de 1884 se abrió al público isleño un nuevo o, al menos remozado, Hotel Inglés, muy posiblemente sustituto o continuación del anterior allí mismo radicado, en el número 13 de orden de viviendas de la Plaza de San Bernardo, pero ya propiedad del súbdito británico residenciado en Las Palmas, Charles Quiney, pues, según noticia que recabó al respecto la investigadora ya citada González Cruz, el 14 de enero de 1884,... “Mr. Charles Baker Quiney comparece junto con el dueño de la casa don Domingo Navarro y Pérez ante el notario Vicente Martínez para firmar la escritura de inquilinato de una casa de planta alta situada en esta ciudad, barrio de Triana y plaza de San Bernardo, sin tener número de gobierno..., tiene huerta y jardín accesorios y ocupa una superficie de novecientos treinta y ocho metros cuadrados”. Añadiéndose en la noticia que el alquiler que se firmaba por un lustro al precio de 600 pesos o 2.250 pesetas anuales a satisfacer en mensualidades de 50 pesos o 187´50 pesetas, incluía el jardín y un gallinero, ambos a la espalda de la propia casa, “pero no la huerta”, se especificaba aún. Días después, concretamente el 5 de febrero, se anunciaba en la prensa local la inauguración del nuevo hotel “Inglés”, que, en realidad fue una especie de fonda de lujo con todas las comodidades posibles de la época y estuvo dirigido por el matrimonio Quiney, aunque, a deducir por los relatos y noticias de entonces, quien llevó siempre el timón del negocio fue la esposa, atractiva y gentil “relaciones públicas”.

Instalación hotelera entonces modélica, de elegancia de formas, con veinticinco confortables, espaciosas y bien iluminadas habitaciones, jardín interior, baños adecuados y unas despejadas azoteas desde las que se podían contemplar magníficas vistas de la ciudad, de la amplia bahía y del incipiente puerto. En la propaganda escrita y en la prensa de la época este brillante e interesante hotel, atraía a los ingleses, germanos y franceses viajeros y en especial a los componentes de la colonia británica ya establecida en la isla; indicandose, además, que allí podía almorzarse, comer por el precio de ocho o diez chelines, las bebidas aparte.

Según el cronista grancanario Eduardo Benítez Inglott, aquel establecimiento, más conocido primero como la Fonda Quiney fue acogido en Las Palmas del entonces con las mismas muestras de sorpresa que pudieron causar un Astoria o un Castellana Hilton en el Madrid de a mediados del siglo XX. Porque, además ya contó con bar y local de administración que los jóvenes isleños pronto denominaron “comptoir” y aunque en el comedor se seguía haciendo uso de la amplia y tradicional mesa redonda u ovalada, se instalaron y avituallaron mesitas individuales o, a lo más, para una o dos parejas.

También se recordó que fue entonces cuando hizo aparición en su restaurante la carta de vinos y aún, posteriormente, fue en tal cosmopolita establecimiento donde se dio a conocer por estas tierras el novedoso whisky.

El éxito de aquel entrañable hotel de la Plaza San Bernardo fue ya desde el principio rotundo entre la sociedad grancanaria y terminó por ser señal de suma distinción y buen gusto el ir a comer o cenar “a Casa de Quiney”, donde la belleza, cultura y afabilidad de trato de la Sra. Administradora fue proverbial. El contrato de aquel inquilinato fue renovado varias veces con la viuda del propietario, que era doña Adela Díaz y luego con sus herederos, hasta el mes de julio del año 1907, fecha en que el establecimiento, que estaba a pleno rendimiento y ya había tenido algunas reformas y ampliaciones pasó a ser administrado por un M. Otto Netzer que iba a continuar explotándolo, pero ya con el nombre de Hotel Continental.

(fragmento de mi monografía DE LA FONDA AL HOTEL de próxima publicación)

Por favor y por estética, cítese siempre la fuente que informa