3 de julio de 2010

Algunos paseos ciudadanos

Por Carlos Platero Fernández



PASEO DE CAYETANO DE LUGO

En principio finca agrícola, luego jardín, más tarde paseo y hoy convertido en calle, localizado en el Distrito III de Arenales, por la zona a la que se le dió en su día el nombre genérico de la Barriada de Lugo, que como sustituto del barranquillo conocido como de Viera, arrancaba desde las laderas o montañetas conocidas como Cuatro Cañones que cerraban el paraje por el Este y se prolongaba hasta morir en la costa conformando a la reducida y recolecta Playa de Lugo que se remataba por el sur con un muro y era el final de la calleja paralela a la marina, conocida al principio como “la del molino de viento”, luego ya calle Quince de Noviembre, en la etapa franquista Dieciocho de Julio y actualmente con su inicial l5 de Noviembre .

El citado Paseo se remataba también en su extremo norte y al borde de la recóndita playa por donde luego se levantó el viejo Campo España de las luchadas, canódromo, campo de futbol y hasta, en cierto tiempo, elemental plaza de toros, por más que algunos nativos u oriundos del contorno, un tanto tozudos en el recuerdo, me hayan negado estos datos cuando yo anduve indagando y tomando notas y más notas para un nuevo Nomenclátor ciudadano, terminado hace ya algún tiempo pero todavía inédito.

Y a aquel paseo se le denominó “De Lugo”, no por la provincia gallega homónima sino por ostentar precisamente dicho apellido el propietario de los terrenos que cruzaba cuando se urbanizó el sector y que venía a rematar los ancestrales Arenales ya convertidos en gran parte por el sur en la floreciente Ciudad Jardín de finales del siglo XIX y principios del XX.

Su epónimo Cayetano de Lugo y Eduardo nació en Las Palmas el 10 de noviembre de 1817 y fue uno de los personajes de su época que mayor vida dieron al ambiente burgués en que entonces se vivía y fue uno de los más efectivos colaboradores de Antonio López Botas y su partido en la política local, defensor de lo principios auténticos de Canarias en cuanto a su elevación progresiva en el aumento de su cultura; avances que fueron notorios pero que de alguna forma quedaron truncados o sufrieron grave retroceso con el advenimiento del cólera morbo de 1851.

Fue Cayetano de Lugo uno de los pocos burgueses supervivientes de cuando lo del año del cólera y que con tesón y buen gusto supo, al ir reponiéndose la ciudad de la tragedia pasada, crear en sus fincas una especie de jardines zoológicos y botánicos, donde fue clásico en el remate de los Carnavales de entonces el llevar allí a enterrar la inefable sardina del miércoles de ceniza. Cuentan las crónicas de la época que era digno de ver al anfitrión, anciano solterón, de luenga barba blanca y tocado con un llamativo fez rojo en la cabeza, paseando imperturbable pero íntimamente regocijado entre el público que con la fiesta carnavalera visitaba, recorría y admiraba sus jardines cuidadosamente atendidos. Notable su amistad con el alcalde y político Antonio López Botas y su apoyo y amistad con los generales aquí desterrados Dulce y Caballero de Rodas que intrigaron luego para el derrocamiento de la reina Isabel II.

Aquel entrañable prócer local poseía las mejores tartanas o carricoches ligeros y los más briosos tiros de caballos; que solía poner a disposición de cuanto personaje llegase a la isla.

Cayetano de Lugo y Eduardo falleció en el año 1897 y con él al poco tiempo desapareció el rincón paradisíaco de la "Finca de Lugo" cuyos terrenos, parcelados pronto fueron ocupándose con las nuevas calles y casas de la ciudad de Las Palmas en constante expansión.



PASEO DE CHIL

A finales del siglo XIX había fracasado el proyecto de bastantes años atrás de una Gran Vía que, partiendo de la margen izquierda del barranco Guiniguada a la altura de la calle de San Justo uniese el casco urbano histórico de la ciudad con los terrenos que poco a poco se iban urbanizando, al compás del auge que tomaba el Puerto de La Luz, con las inhóspitas o desérticas tierras de Las Isletas; que, por otra parte, pese a su aridez también iban siendo pobladas en alguna determinada zona.

El desarrollo de aquella proyectada vía urbana se quedó truncado antes de que su inicial trazado se llegase por las Huertas de Triana hasta el Paseo de los Castillos.

Pero, aunque planteado al principio como una especie de camino vecinal que recorriese las faldas de las montañetas que cerraban por el poniente las vegas de Santa Catalina y los seculares Arenales, arrancando desde la pequeña explanada sobre el barranquillo y enfrente de la mole pétrea y almenada del castillo de Mata entonces al servicio del Ejército y se llegase, a poder ser hasta la misma bahía del Confital o sus proximidades, siguiendo el trazado de una senda ya existente que conducía en lo antiguo a las Salinas Perdidas por el páramo de Guanarteme.

Por el verano de 1862, tomando mayor impulso la idea, fue el principal promotor de ella el popular doctor Gregorio Chil y Naranjo, por lo que ya desde entonces se ha venido conociendo como "el Paseo del doctor Chil". Confeccionó los planos pertinentes el ayudante de Obras Públicas Cirilo Moreno.

Como quiera que los trabajos, por lo costosos, se iban demorando en demasía, pese a que, para allegar los fondos precisos se estuviera haciendo una suscripción pública, el mismo doctor Chil, en el mes de junio de 1878 solicitó del Ayuntamiento que se hiciese él cargo directo de las obras y de su culminación, lo que, efectivamente, con gran parte de su recorrido así sucedió.

Este Paseo de Chil se vino a terminar ya adentrado el siglo XX, allá por la década de los años cuarenta, tal como se había proyectado, pero rematándolo en la rotonda de la plaza de la Victoria en su enlace con la avenida de Mesa y López..



PASEO DE LA CORNISA

Localizado en el Distrito VII de Escaleritas, en su extremo este, bordeando a un lado las instalaciones deportivas del López Socas y al otro la barriada más antigua que se desarrolla alrededor de la iglesia parroquial de Santa Isabel y se prolonga como extraordinaria baconada sobre la ciudad, con una amplia panorámica de las Isletas, las zonas de Santa Catalina, de Las Alcaravaneras y la Ciudad Jardín, con el Puerto de La Luz y el mar de la bahía de fondo.



PASEO DE LAS CANTERAS

Este importante paseo a la vera de la sin par playa de Las Canteras, comenzó a conformarse como tal para disfrute de los ciudadanos, en la década de los años 40 del pasado siglo XX.

Pero su historia se inició cien años antes, aunque de una u otra forma se ha venido fraguando desde el mismo momento de la conquista de la isla por las tropas castellanas al mando de Juan Rejón que, según algunos historiadores indican, desembarcaron justo por donde se le dice El Arrecife, frente al Confital.

En 1840 ya aparecía en los planos y mapas del istmo de Las Isletas signado como "de Guanarteme". Y también de Guanartome, mal transcrito, en un mapa de 1874, localizado, poco más o menos, por donde hoy está la calle de Tenerife; y se nombraba como la Barra del Arrecife y El Arrecife lo que es hoy la Playa de Las Canteras, la Punta del Confital y, casi a su lado el Cabo Cabrón.

En el plano de Riudavets de 1879 es cuando con el nombre de "las canteras amarillas", se cita por primera vez este topónimo refiriéndose a la playa como tal.

En un plano topográfico correspondiente al "Ensanche del Puerto de La Luz", del arquitecto Fernando Navarro, del año 1911, cuando ya era imparable el proceso de expansión de la ciudad hasta entonces secularmente constreñida entre decrépitas murallas de defensa, laderas montañosas riscadas y el mar, ya se citaba de forma textual a la "playa de Las Canteras",

Conviene el indicar como hecho histórico importante, que a raíz de la conquista de la isla y su colonización con nuevos y numerosos asentamientos humanos, se comenzó a extraer gran cantidad de piedra arenisca en la zona costera del suroeste de Las Isletas, junto al puerto conocido como del Arrecife y la prolongada barra natural allí formada, para la construcción de algunas de las edificaciones más señoriales que se levantaron dentro y alrededor del campamento o real creado por Juan Rejón a las márgenes del barranco y riachuelo Guiniguada. Y, sobre todo para emplear los bloques extraídos como sillares en los basamentos, pilares y columnatas de la comenzada Catedral, así como en las fachadas, portadas, dinteles, etc., de las más nobles y antiguas mansiones de Vegueta, la Vegueta de Hernán de Porras. Aquellos trozos de roca singulares, de composición sedimentaria blanquecina, en tanto se conservaban húmedas resultaban de fácil labra debido a su especial estructura arenisca, que luego, una vez secas se endurecían y eran más fáciles de esculpir por los canteros. Historiadores y cronistas hay que insisten en que hubo allí una cantera, la que al final impuso el topónimo, famosa por suministrar el material para las pilas canarias destinadas a la destilación de las aguas para el consumo refrescante y doméstico.

El puerto natural abrigado y recogido del Arrecife, al sur del trozo de costa que se denominó Playa del Confital por lo abundante de unas piedrecitas especiales, calcáreas, que semejan finos y azucarados, garapiñados confites, estaba resguardado de los embates del mar por la prolongada barra que, andando el tiempo y gracias a una entrada abierta en su extremo este, convirtió el sitio en el más apto para el carenado y reparación de embarcaciones, refugio de pescadores y, por todas sus cercanías, paraje apropiado, elegido por quienes en los pasados siglos desearon celebrar alguna excursión marítima costera y comerse "un caldo de pescado con papas arrugadas", según así lo indicaron escritores locales varios.

Pues bien; la cantería blancuzca empleada ya desde los primeros tiempos para las viviendas de los conquistadores y hacendados residentes en el real, luego villa y después ciudad de Las Palmas la suministró en gran medida la entonces alta y prolongada barra que se formaba sobre una lengua de material lávico procedente de las erupciones volcánicas que conformaban a Las Isletas y que convirtiera el paraje en una especie de gran estanque, de casi siempre quietas, bonancibles y transparentes aguas. La dilatada playa allí formada se denominó ya a finales del siglo XIX y principios del XX como de Las Canteras, por haber sido el lugar explotado al efecto, como se ha indicado.

Al haberse ido rebajando aquella natural barrera de contención hasta quedar reducida y sepultada en gran parte por las mareas, parece ser que ocurrió que las arenas arrastradas por los vientos intermitentes o fijos equinocciales circularon de manera masiva y en direcciones alteradas que, con los años y los siglos, al impulso de los alisios fueron acumulándose al pie de los cerros de poniente, erosionando sus escarpadas laderas y extendiéndose sobre los llanos de Guanarteme y Santa Catalina; invadiendo en avances constantes aquella parte del litoral grancanario.

En la actualidad, al haberse edificado también todo el istmo, aunque la arena sigue llegando procedente de las bajas marinas del norte de la isla y pasa libre sobre la Barra de Las Canteras, al no tener salida al igual que antes, a impulsos de los vientos colma de tal manera la playa que ha sido preciso retirarla una y otra vez por medios mecánicos, en un dragado periódico cada vez más constante y preciso.



PASEO DE MADRID

Calle-paseo en el Distrito III de Arenales, en la Barriada de la Ciudad Jardín.

Madrid es la capital de España y de la provincia del mismo nombre constituida en Comunidad Autónoma en 1983; más de 3.900.000 de habitantes. La ciudad se encuentra en el centro del país, al pie de la sierra de Guadarrama y a orillas del río Manzanares. Arzobispado. Universidad. Centro de comunicaciones del país. Importantes museos cuales el Prado, Arqueológico Nacional, Lázaro Galdiano, Academia de San Fernando, de América, del Ejército, Naval, de Arte Contemporáneo, etc., y muy hermosos palacios cuales los de Oriente, Congreso, Biblioteca Nacional y Teatro Real, convento de las Descalzas Reales, iglesia de San Francisco el Grande, etc.

Ha alcanzado un notable desarrollo industrial y el área metropolitana de Madrid abarca el municipio de la capital y otros muchos de sus alrededores. La provincia es una comunidad autónoma separada de Castilla-León y de Castilla-La Mancha.

Llamada Magerit por los árabes, fue tomada por Alfonso VI en 1084 y adquirió el rango de capital en 1561. teatro de violentas luchas en 1808 y en 1936. Lugar de nacimiento de Lope de Vega, Tirso de Molina, Quevedo, Calderón de la Barca, etc.



PASEO DE SAN JOSE.

En el Distrito I de Vegueta.

Según comentó el cronista oficioso Domingo J, Navarro, aún a finales del siglo XVIII el barrio de San José con malas casas y peor camino, no pasaba más allá de su preciosa ermita.

No obstante, en el incipiente barrio de extramuros de la ciudad vivían gentes de humilde condición social pero muy cordiales y a él acudían de vez en cuando las gentes de la ciudad para pasear y disfrutar de las delicias campestres sin tener que alejarse en demasía del casco urbano pues a ello invitaba la floreciente y ubérrima Vega de San José que en amplia hoya se llegaba hasta los confines de más allá de la ermita de San Cristóbal.



PASEO DE SAN ANTONIO

Este paseo o "Subida de San Antonio" esta localizado en el Distrito VI de Schamann, por lo que se conoce precisamente como Barriada de San Antonio.

San Antonio de Padua (1195 - 1231) fue un padre franciscano, doctor de la Iglesia, famoso predicador y taumaturgo, nacido en Coimbra, Portugal, llamado de Padua, ciudad italiana, por el lugar de su muerte y de su venerado sepulcro.

Su efeméride es el 13 de junio.





PASEO DEL PINTOR SANTIAGO SANTANA

Localizado en el Distrito VI de Schamann, por la Barriada homónima.

Santiago Santana nació en 1909 y estudió dibujo y pintura en la Escuela Luján Pérez hasta 1932 en que, pensionado por los Ayuntamientos de Moya y Arucas y el Cabildo Insular, se instaló en París donde estudió la pintura de los impresionistas, cubistas, fauvistas, etc. Al año siguiente se trasladó a Barcelona para iniciarse en el estudio de las cerámicas y en escultura y pudo llevar a efecto su primera exposición individual que estuvo integrada por óleos y dibujos con motivos de la flora autóctona canaria. En 1934 expuso en el Ateneo de Madrid, incluyendo ya algunos de sus característicos desnudos. Durante la guerra civil española expuso su obra en el Hogar del Combatiente de Aranjuez, participando en distintas actividades culturales en beneficio del ejército republicano. En 1940 se instaló definitivamente en Las Palmas de Gran Canaria; expuso obra suya en 1948 y en una antológica, ya en 1973. Fallecería años después, exactamente el 16 de abril de 1996



PASEO TOMAS MORALES

En el Distrito III de Arenales, por la Urbanización de Fincas Unidas.

Calle trazada a mediados del siglo XX que iba a ser como prolongación natural de la entonces de San Francisco, hoy General Bravo y la dedicada al eximio escritor Benito Pérez Galdós. Durante varios años estuvo cortada por un muro de ladrillos y tierra a la altura de lo que hoy es el Instituto Pérez Galdós, hasta que se fue urbanizando el sector ocupado por extensas plataneras y otras tierras agrícolas durante los últimos siglos.

Tomás Morales Castellano (1885 - 1921), poeta y médico, nació en Moya y falleció en Las Palmas. Estudió en el Colegio de San Agustín e hizo la carrera de Medicina en las Universidades de Cádiz y de Madrid, donde durante su estancia se relacionó ampliamente con los cenáculos poéticos más relevantes del entonces.

Ya de nuevo en Gran Canaria se estableció en Agaete en ejercicio de su profesión y en donde se desposó. Obtuvo el primer premio en los Juegos Florales de Las Palmas en 1910 por lo que fue justa y entusiásticamente homenajeado. Falleció a los 36 años de edad.

Del poeta Tomás Morales dijo hace algún tiempo, entre otros autores, el crítico literario Jorge Rodríguez Padrón que, formado en el modernismo y continuador de la línea de Rubén Darío, adaptó el lujo expresivo y musical a los motivos del mar y de su isla natal y fue el fundador de la poesía moderna en Canarias. Su personalidad, admirada por todos los escritores de su tiempo aglutinó en torno suyo a los poetas del modernismo de las islas. Publicó "Poemas de la Gloria, del Amor y del Mar" y "Las Rosas de Hércules" y la obra teatral "La cena de Bethania", siendo, al decir de la crítica, su poema más ambicioso y mejor logrado la "Oda al Atlántico"