6 de febrero de 2010

algo sobre artesania canaria

Primeros conocimientos de...

L A A R T E S A N I A P O P U L A R C A N A R I A que no deben de olvidarse jamás

Al paso de los siglos la artesanía recogió fielmente el carácter de los pueblos que la practicaron, puesto que en ellos nacía y en y para ellos se desarrollaba. Comprendiéndose que cada pueblo tuvo siempre que adaptarse a los medios y a los materiales de que disponía en su propio entorno, imponiéndole a las manufacturas su impronta, su sello característico y aún el reflejo de su peculiar idiosincrasia.

Las modalidades más destacadas de la artesanía popular canaria son, como sabemos, la cerámica, los calados y bordados, la cestería, la madera y el metal en sus variantes de forja, latonería y cuchillería y los instrumentos musicales de cuerda o de percusión. De ellas a destacar en primer término la de la cerámica por lo bello de su impronta aunque simple de sus formas, por lo que tiene de entronque directo con la manufacturada ya por los aborígenes isleños y la actual, que aún sigue, en muchos casos, confeccionándose con iguales o muy parecidas técnicas.

Según se desprende de las informaciones llegadas a nosotros, los instrumentos de los aborígenes canarios, así como todo tipo de utensilios para su uso doméstico eran por lo común muy toscos y rudimentarios, de hueso, madera, piedra tallada, fonolitas de los barrancos y de barro cocido. Todos formando parte de los ajuares en una tipología que ofrecía escasas variaciones.

De la artesanía popular y tradicional canaria es de las más destacadas hoy en día la de los calados, siguiéndole luego la de los bordados, la de las tejedoras de traperas y la de la seda. Los telares manejados por las tejedoras son en la actualidad muy escasos, aunque su labor todavía se puede observar en capas y mantas o mantos pastoriles, en las mantas traperas, alfombras, alforjas y zurrones o bolsas. Parece que se pretende actualmente resurgir esta labor tan interesante en los pasados tiempos y ya se están confeccionando de nuevo prendas con el basto tejido de lana de oveja cuales chaquetas, pantalones, bufandas, etc.

Otro capítulo importante de la artesanía popular canaria es la cestería que muy bien puede arrastrar reminiscencias de los antepasa­dos canarios en las primorosas labores de juncos, aunque la tipología actual es ciertamente más parecida a la de los distintos pueblos peninsulares y se suele confeccionar con materiales variados tales como finas ramas o varas, tiras de caña, hojas de palmera, juncos, paja y mimbre en objetos tan prácticos y necesarios como cestas del pan, de la ropa, para recoger frutos y para el pescado; cestos de mano con o sin tapa, canastas, serones y raposas, balayos, abanadores, costureros, fundas para los sahumerios, esterillas, etc., etc. Y jaulas para pájaros y nasas y tambores de juncos para la pesca. Hay talleres familiares de cestería en casi todas las islas del archipié­lago.

La confección de muebles, útiles domésticos y aperos de labranza que por su condición funcional ha sido afín en todas las islas practicada por los llamados "carpinteros de lo blanco" y no confundir­los con los "carpinteros de ribera", es sumamente destacada; así como también la de la talla de la madera y la de la construcción de instrumentos musica­les, de larga tradición ambas que, si bien, se temió en algun momento que se hubiesen extinguido, últimamente aparecen en un paulatino resurgi­miento.

Muebles de artesanía en Telde y Teror y guitarras, laudes y timples por el sur de Gran Canaria y especialmente en Lanzarote. Y útiles asimismo de madera como platos, cucharas, queseras y aún miniaturados balcones canarios o arcones-joyeros se hacen con profusión no solo en Gran Canaria sino también en alguna de las demás islas.

El trabajo artesanal del metal en sus variantes de la hojalatería o "latonería" en objetos como las lecheras, los foniles, los faroles y las medidas para granos ha sido común en todas las islas, pero casi ha desaparecido por completo al advenimiento de los múltiples usos de los útiles de plástico.

En cuanto a la forja y especialmente a la cuchillería que tiene su foco de manufactura en Teror y Telde, aunque también se están haciendo cuchillos canarios en alguna de las otras islas, es una obra precio­sista genuina canaria con modelos muy vistosos y de gran afiligranado, no solo indispensables para el campesino o el roncote de las islas sino muy solicitados como recuerdo típico por el turismo. Carlos Platero Fernández.