3 de septiembre de 2009

Los nombres o rotulados de las calles de Las Palmas de Gran Canaria

Por Carlos Platero Fernandez



Aquí, en Las Palmas de Gran Canaria, durante siglos, posiblemente desde el mismo momento de la fecha de fundación de la ciudad y al menos hasta bien entrado el siglo XIX, el nomenclátor callejero era establecido simplemente por los mismos vecinos y por la costumbre; el "amado pueblo" las bautizó por lo general basándose, por ejemplo y muchas veces en algún destacado edificio, en una hermosa balconada, el oficio de un vecino destacado, una prosapia o un linaje, etc.

En los sectores ciudadanos más antiguos, por La Vegueta y por Triana, todavía existen o se conocen nombres de calles y callejones cuya toponímia es bien definidora: Herrería, el Artillero, Enmedio, La Marina, Arena, Salsipuedes, Las Lonjas, el Reloj, Los Balcones... A partir de mediados del siglo XIX y, para ser exactos, hasta el año de 1833 no existió la rotulación oficial de las calles públicas de la ciudad de Las Palmas, pero, a partir de entonces siguiendo con ello modas ultramarinas y traídas de la metrópoli, a las calles más representativas se las comenzó a aplicar los nombres de la monarquía reinante, de los políticos del momento, de personajes destacados en el mundo local, etc. Y ya con la expansión del perímetro de la ciudad en vertiginoso crecimiento, con la creación de nuevas urbanizaciones, se estiló el aplicar al callejero que continuamente se ampliaba nombres de personajes históricos y, naturalmente, de personajes distinguidos locales en rendido homenaje popular, casi siempre a título póstumo, que es cuando en esta nuestra patria parece ser que empiezan a reconocerse los méritos del que en vida apenas si se le aplaudió o destacó su por otra parte demostrada indudable valía. Para ello, y, desde luego siguiendo al menos un buen criterio, los ediles municipales solicitaban por lo general el asesoramiento de gentes cultas, principalmente de los cronistas locales o provinciales, tanto oficiosos como oficiales. El médico, político, escritor y cronista oficial de la ciudad de Las Palmas Carlos Navarro Ruiz, autor del único Nomenclátor o callejero de la ciudad hasta ahora existente,salvo alguna desafortunada pretensión, ya dejó dicho que "La nomenclatura de las calles es función interesante de los municipios, que debe ser mirada con el mayor detenimiento para evitar errores de dificil y enojosa rectificación". Cosa que, por cierto, en estos nuestros últimos tiempos democráticos se ha olvidado por completo y suelen rotularse nuevas calles o tratando de anular los nombres anteriores que no agraden a determinados sectores de la población, con nombres estrafalarios que nada dicen a la mayoría de los ciudadanos, solicitada la rotulación por alguna asociación de vecinos, grupo de personas y aún a veces a título individual proponiendo a nombres de cosas o personas que tan solo ellos conocen, o por las que sienten simpatía o por algo que en determinada ocasión realizaron, pero que en ninguno de los casos ha trascendido al ciudadano en general, lo que luego se refleja, si, en algún escrito que es toda la documentación pertinente que se halla en los correspondientes expedientes, si es que llegan a hacerse y que, al cabo de tan solo unos cuantos años, ya nada dicen a quien quiere saber al menos quien fue y por que se llamó así la calle en donde vive. En todo caso, es de advertir que el compadreo de cariz político tiene mucho que ver con esto de las rotulaciones callejeras. Ejemplos de esto que aquí digo, lamentablemente, a montones.

Pero, no siempre ha sido así como lo acabo de interpretar. Al menos hasta el año de 1940, en cuanto al callejero palmense, se puede advertir el buen quehacer del teldense Carlos Navarro Ruiz. Y a continuación la presencia de alguna manera del culto cronista y periodista conocedor como pocos de su ciudad natal que fue Eduardo Benitez Inglott y al que hubo de seguir el no menos culto e intelectual Luis Doreste Silva, que sin duda por muchos años fueron los asesores idóneos de concejales y alcaldes del Ayuntamiento.

Como salvedad, aunque no desdiga mucho de lo que hasta aquí escribí al respecto, leí yo en un acta del Ayuntamiento capitalino correspondiente al 25 de enero de 1962 que se proponían dos nombres "por atender las peticiones de los señores Navarro Rodríguez y González Vera que, igualmente interesan se rotule alguna calle con los nombres de Teniente Coronel don Antonio Castillo Olivares y Dr. Apolinario respectivamente, por los méritos contraidos por los extintos con la ciudad". Que luego fueron incluidos en una extensa, casi completa nómina callejera de Escaleritas.

Supongo que entre los asesores, hubo de haber poetas isleños, pues bien se colige del anónimo suelto aparecido en la prensa local, creo que en Diario de Las Palmas por el año de 1953 que conservo entre mis papeles y que decía: "¡Que hermosos nombres tienen las calles de LÑas Palmas! Nombres de poetas, de personajes novelescos, de individualidades notorias de nuestra vida, y nacionales y extranjeros. A Galdós le hemos pagado nuestra parte alicuota de renombre universal haciendo residir a sus personajes en las esquinas de todas las calles, del barrio más soleado de los altos y que habrá de gustarles a cuantos salieron de las páginas de don Benito porque lleva el nombre del santo que nos envía la primera verbena. (Aquí el anónimo gacetillero se refería al barrio de San Antonio, que fue por su parte alta por donde aparecieron rotuladas algunas calles con personajes galdosianos, que luego se trasladarían a las de la barriada de Schamman.) "Pero los nombres más hermosos son, sin embargo los que pueblan el silencio de la Ciudad Jardín, que fue un proyecto urbano realizado por nuestros más prosaicos convecinos y es hoy lugar encantador de la población. Lugar en donde salen a nuestro encuentro, como las amapolas en el campo, pintores y poetas... "No pensamos citar a ninguno; no queremos que alguien se considere olvidado de la nómina y arremeta contra nosotros, aun cuando de algo habría de valernos esta parte de inmortalidad que nuestras calles les proporcionan con tan generosdo ademán. "¿Es que esos nombres surgieron en las esquinas por caso de generación espontánea? Ni que hablar de eso. Surgieron porque un hombre, que era concejal, pero además poeta, empezó a jugarse un solitario de nombres excelentes sobre el tapete de la Ciudad Jardín, y acertó en el juego ganándolo todo para los demás. "Su acierto nos honra a la comunidad, mas cuando ese jugador de la poesía perdió la baza de su existencia, ¿quien se acordó de él ni de su excelente poesía? ¿Donde está la calle de este poético bautista?". Algún comentarista posterior ha insinuado que en el suelto trascripto se están refiriendo, más que a Saulo Torón, el gran poeta de la escuela lírica de Telde, a su hermano el intelectual Julián que fue también concejaldel ayuntamiento capitalino así como a algúno de los componentes de la saga de los Benitez Inglott, además del cronista y periodista Eduardo, el músico Miguel o el poeta Luis. Aunque bien es verdad que entonces en Las Palmas de Gran Canaria había otras varias personalidades descollantes en la cultura de la época y que muy bien pudieran haber asesorado al Consistorio capitalino, como el asimismo laureado poeta Montiano Placeres, al que se le ha achacado la atinada siembra de las gentes del mundo fabuloso galdosiano por el nomencátor callejero palmense.

2 comentarios:

il re yacko dijo...

HOLA SR CARLOS, LE ESCRIBO EN SU BLOG YA QUE QUISIERA ME AYUDARA CON UN LIBRO VUESTRO QUE NO CONSIGO Y ESTA DESCATALOGADO, ESTOY INTERESADO EN EL LIBRO DE LOS APELLIDOS EN CANARIAS... SOLO PIDO QUE ME DIGA DONDE LO PUEDO ADQUIRIR... VIVO EN MADRID Y ES IMPOSIBLE CONSEGUIRLO... TENGO AMIGOS EN TENERIFE QUE ME LO PODRIAN MANDAR...
DE ANTEMANO LE AGRADEZCO LA INFORMACION QUE ME PUEDA PORTAR.
ATT
JAVIER ALADEJO
yacko01@hotmail.es

Carlos Platero dijo...

Estimado Sr. Aladejo:

Por el mismo medio que usted usó para ponerse en contacto conmigo, me es grato el contestarle

Significándole que siento comunicarle que la 1ª y única edición del libro del que soy autor “Los apellidos en Canarias” hace ya unos años que se ha agotado en las librerías comerciales al uso.

Pero si que figura, tanto en la Biblioteca Nacional central de Madrid, en donde cumpliendo unos elementales requisitos se puede consultar con un perfecto servicio de reprografía. Y, claro está, en numerosas bibliotecas canarias, en la casi totalidad de las públicas y, desde luego en las provinciales y en las Universidades de La Laguna y de LPGC, en donde funcionan sendos excelentes servicios muy apropiados para todo aquel que se precie tanto de sesudo investigador como simple aficionado a querer siempre saber algo más de lo que sea y, aún, me parece que se pueden solicitar como préstamo bajo algunas condiciones sencillas.

Debo de añadirle que, hacen para mí tantos años que acometí la grata tarea, que escribí y se me publicó “Los apellidos en Canarias” que apenas conservo en la actualidad alguna de las muchas notas, borradores, fichas, etc. que estuve manejando para ello, aunque quedaron bien reflejadas en la amplia bibliografía consultada y relacionada con tema. Por lo que bien comprenderá que me es imposible atenderle mejor en su solicitud.

Muchas gracias por haberse acordado de este viejo y tozudo investigador y le animo a proseguir en sus investigaciones genealógico familiares.

Un afectuoso saludo de, Carlos Platero Fernández