1 de mayo de 2010

de trovas y trovadores

Por Carlos Platero Fernández



En la presente ocasión pretendo acceder a la solicitud de algunos/as anónimos/as lectores/as “virtuales” de estos mis distendidos “Relatos” que de una u otra forma aplauden o critican y aún censuran y que alguno de los cuales me recuerdan que a fuer de considerarme “acanariado” no por ello olvide que, ya que en todo momento presumo de mis raíces gallegas, invoque aunque sea de cuando en cuando el mundo espiritual y material de mis ancestros.

Para ellos y como viejo rapsoda aficionado que de joven he sido, van pues los dos siguientes romances, el uno trovadoresco, en gallego clásico y el otro, jocoso y que espero que así se me entienda, en una especie de “castrapo” de feria, de las de finales del siglo XIX y principios del XX que uno conoció en su niñez.

Va el primero el titulado como “Romance de Don Gaiferos”, propio para el presente Año Jacobeo. Según cuentan las historias, este romance jacobeo es o corresponde al ciclo carolingio o medieval. En ellas se dice que Guillermo X, último duque de Aquitania una basta región histórica de Francia, peregrinó a Compostela en 1137, falleciendo ante el altar del apóstol el día de Viernes Santo de dicho año. En el famoso códice denominado “Calixtino” se cita la peregrinación del duque bajo el nombre caballeresco de Gaiferos de Mormaltán., hecho del que arrancó el trovadoresco romance que, con acompañamiento de música de zanfoña se interpreta por el Camino de Santiago y en Compostela en la actualidad y que, entre otros rapsodas eminentes del pasado supo rescatar del polvo del olvido de los siglos el gran folclorista gallego Faustino Santalices, que, acompañado de música de la zanfoña que él también revitalizó, interpretó muchas veces allá a mediados del siglo XX en el transcurso de ágapes arzobispales en palacios santiagueses y que traigo aquí como sentido homenaje a la efeméride del presente Año Santo Compostelano



I onde vai aquil romeiro, meu romeiro a donde irá,
camiño de Compostela, non sei se alí chegará.
Os pés leva cheos de sangue, xa non pode máis andar,
malpocado, probe vello, non sei se alí chegará.
Ten longas e brancas barbas, ollos de doce mirar,
ollos garzos leonados, verdes como a auga do mar.
- ¿I onde ides meu Romeiro; onde queredes chegar?
- Camiño de Compostela donde teño o meu fogar.
Compostela é miña terra, deixeina sete anos hai,
relucinte en sete soles, brillante como un altar.
Cóllase a min meu velliño, vamos xuntos camiñar,
eu son trobeiro das trobas da Virxe de Bonaval.
I eu chámome don Gaiferos, Gaiferos de Mormaltán,
se agora non teño forzas, meu Santiago mas dará.
Chegaron a Compostela; foron á Catedral,
Ali, desta maneira falou Gaiferos de Mormaltán:
-Gracias meu señor Santiago, aos vosos pés me tes xa;

si queres tirarme a vida, pódesma señor tirar,
porque morrerei contento nesta santa Catedral.
E o vello das brancas barbas caíu tendido no chan,
Pechou os seus ollos verdes, verdes como a auga do mar.
O bispo que esto oíu, alí o mandou enterrar
E así morreu señores, Gaiferos de Mormaltán.
¡Iste é un dos moito miragres que Santiago Apóstol fai ¡





(que, traducido al castellano dice así:)

Adónde va aquel romero, mi romero adónde irá,

camino de Compostela, no sé si allí llegará.

Los pies cubiertos de sangre, ya no puede más andar.

Pobrecito, pobre viejo, no sé si allí llegará.

De largas y blancas barbas, ojos de dulce mirar,

ojos tristes, leonados, verdes como agua de mar.

“¿Adónde vas, peregrino, adónde quieres llegar?”

“Camino de Compostela, donde yo tengo mi hogar.”

“Compostela, esa es mi tierra, la dejé siete años ha,

reluciente en siete soles, brillante como un altar.

Ven mi romero conmigo, juntos hemos de marchar,

yo a la Virgen canto trovas, la Virgen de Bonaval.”

“Yo me llamo don Gaiferos, Gaiferos de Mormaltán,

si ahora no tengo fuerzas, mi Santiago me las dará.”

Llegaron a Compostela, fueron a la Catedral,

y de esta manera habló Gaiferos de Mormaltán:

“Gracias mi señor Santiago, a tus pies me tienes ya,

si quieres tomar mi vida, ya me la puedes quitar,

que yo moriré contento en tu santa Catedral.”

El viejo de barbas blancas cayó mirando al altar,

y cerró los sus ojos verdes, verdes como agua de mar.

El obispo que esto oyó, allí lo mandó enterrar

Y así murió, mis señores, Gaiferos de Mormaltán.

Este es uno de los milagros que Santiago sabe obrar.





El otro, romance popular es el evocador de alguna enxebre estampa rural de la Galicia profunda del más reciente pasado, de texto para mí al menos anónimo como del pueblo que es, que fue interpretado repetidamente con singular gracejo, bis cómica y sentimiento a la vez en reuniones familiares y amicales por quien me lo facilitó, mi ya difunto hermano gemelo Fernando.



O CANTAR D E CEGO



(BERRANDO) ¡Fajan corro señores e non arrempujen, que fai un calor que abafa!... ¡Ti, rapariga, está cerca de min, que hay moito sinvergüenza do arredor!...

¡A perra jorda la hestoria completa!... (CANTANDO)

Y en la vila del Rabiño,

partido de Cortejada, habetaba un matrimonio

modelo de fé cristiana.

Y él se llamaba don Goaquine

Y su esposa doña Iana.

E estiveran nel Brasile y janaran mucha plata

Y tenían los aforos guardados en una iarca.

Vivían en una finca

de la ciudad alegada, que tenia una cancilla

de moitas afejoranzas...

(BERRANDO)

¡Oi, ti, sinvergüenza,

deixa en paz á rapariga,

que non se mete contijo!

......................................

Que barbaridade;

Que pouca aducación, hombre...



¡Ponte a outra banda de aquí!

(COMO RECITANDO)

A eso de la media noche,

cuando el jallo no cantaba,

por la puerta del gardine

los criminales entraban

y al can que estaba en la porta

y que la finca juardaba

le deron tal pontapé

que le abriron las entrañas...

Xa en el piso prencepal, la criada daba jritos,

sin que nadie le acodiera...

¡Ni los mismos angelitos!...

Aquellos hombres malvados,

cojieron a la criada,

la tiraron de los pelos,

la arrastraron por los suelos,

le quitaron las amancas,

le roubaron unas pesetas

que ella tenía guardadas...

Y no contentos con eso,

Aquellas malas calañas

la llevaron al balcón...

Y la chimpan por la ventana

indo a caer su cuerpo de fociños

donde estaba la estercada

y allí entre malos olorres

la probe entrejó su ialma...

Y van y cogen a don Guaquine

y a su esposa doña Iana,

les metieron a uno y otra en la boca

un colchón y una almohada,

un mantón de ocho puntas,

un cobertor y dos mantas...

Con una cuerda de mirtos,

les apretaron las espaldas

y allí mallaron en eles

y les escopieron en las caras

...........................................

(DECLAMANDO)

¡ Madres que tenendes hijos,!...

¡ Hijos que vais a la escuela,...!

no olvideis que es necesario,

tener siempre en casa a la suejra,

que si a las veces nos riñe,

nos araña y nos peja,

¡tambien nos juarda la casa

como un buen perro de presa!

3 comentarios:

perikita dijo...

Enhorabuena una vez más por todos los relatos que aqui publicas y permíteme la confianza al tutearte, que no soy más que una humilde lectora que algún día que otro entro y me pongo a leer y aprender infinidad de cosas. Nos haces pasar momentos agradables y muchas veces recordar y sacar de nuestro corazón recuerdos casi olvidados. En uno de eses relatos mencionas a una persona especial y que al nombrarlo florecen recuerdos de mi interior, aquel seat 600 que recorría caminos o corredoiras, el buen humor que mostraba cada vez que lo veía, su afición también a la lectura, su ilusión por llegar a hacer una auténtica descripción de la aldea que lo vió nacer, de sus costumbres, de sus gentes, de anécdotas, de aquellos lugares tan bellos y hoy difíciles de olvidar... etc, etc, pero sobre todo recuerdo el aprecio y cariño que siempre mostraba con una familia vecina, de la cual hoy en día faltan de entre nosotros 2 personas que eran las más mayores y que una de ellas nos abandonó hace ocho días dejando un enorme vacío en nuestras vidas. A sus 90 años decidió que debía seguir otro camino y sin avisar nos dejó su buen hacer, su amor, sus enseñanzas que como madre "postiza" supo inculcar a sus casi hijos y que muchas madres en la actualidad no sabrían hacer. Desde aqui envío un beso al cielo y con él mis recuerdos y mi profundo amor hacia esa gran persona que he querido tanto y que siempre sentí como mi abuelita.

Siento quizás haberos puesto un tanto tristes con esta historia para mi enternecedora y cargada de sentimientos. También abundan los buenos y alegres momentos que por mi vida han pasado y que más adelante os contaré.

De nuevo, enhorabuena por saber entretenernos y contarnos pasajes de tu vida. Un fuerte abrazo.

Xan de Vicus dijo...

Muy interesante página, para todos nosotros los trovadores. Pero, tengo una duda que hasta el momento no he podido resolver: ¿Que son las amancas? ¿Alguien lo sabe?
Si conoces la respuesta, por favor, compártela.
Gracias
xandevicus
gmail

Anónimo dijo...

Las "amancas" nada. Las tamancas son los zapatos con suela de madera.